Batería

 

Las baterías del coche. Vigila su funcionamiento.

Todo vehículo necesita una batería para su funcionamiento, para arrancar el motor y que funcionen todos sus sistemas eléctricos. La batería es un acumulador de energía del que se alimentan los diferentes sistemas y componentes que necesitan electricidad.

cambiar-la-bateria-del-automovilLas baterías de coche son un elemento esencial en el conjunto de componentes de un vehículo. Son la fuente de energía para que el motor cobre vida y los sistemas y componentes eléctricos, cada vez más numerosos en las actuales generaciones de vehículos, entren en funcionamiento. Las ayudas electrónicas a la conducción y los sistemas de seguridad tienen cada vez más protagonismo, por lo que los vehículos más modernos requieren cada vez mayor energía para alimentarse.

Mantener la batería del coche de forma adecuada es realmente importante. De ahí que es un elemento que debemos cuidar con regularidad. Su estado óptimo permitirá su funcionamiento óptimo en cualquier época del año y alargará su vida útil.

Para poder poner el coche en marcha accionando la llave o el botón de arranque, el motor necesitará disponer durante un corto espacio de tiempo de una elevada potencia. La batería deberá estar en condiciones, independientemente de la temperatura externa, para poder cumplir su función.

El mantenimiento adecuado de las baterías para coches

Cuando realicemos la visita al taller para la revisión y puesta a punto periódica de nuestro coche, no debemos olvidarnos nunca de la batería. En el taller cuentan con las herramientas adecuadas para comprobar en qué estado se encuentra y si es necesaria su sustitución.

El coche no arranca

La causa más habitual para que el coche, de repente, no arranque cuando accionamos la llave o el botón de contacto, es que la batería se haya descargado. Puede ser que nos hayamos dejado las luces de posición puestas o una de las laterales al dejar el intermitente accionado.

Si hemos tenido mucho tiempo parado nuestro vehículo con la luz de cortesía o de ambiente encendida, aunque los coches actualmente tienden a desconectarla, nos descargará la batería. O simplemente la conexión de la alarma, el reloj… el coche usa energía de la batería aun en parado. En este caso no debe ser el final de la batería y podremos recargarla, recuperando un nivel óptimo de funcionamiento.

También puede ocurrir que el vehículo no arranca porque realmente la batería haya llegado a su fin, incluso sin que hayamos notado en días anteriores síntomas de su deterioro. En este caso sí habrá que sustituirla.

Cómo arrancamos el coche si la batería se ha descargado

Si se ha descargado la batería, lo más sencillo es utilizar unos cables de arranque. Cuando no tenemos éstos a mano, en un terreno plano, si encontramos voluntarios, o con pendiente a favor, podremos intentar arrancar con el método clásico del empujón en un coche si dispone de caja de cambios manual. Empujando en punto muerto, cuando hayamos cogido carrerilla, insertaremos la segunda velocidad y, si arranca, deberemos, sin parar el motor, realizar kilómetros para que la batería se recargue.

Lo más fácil, insistimos, son las pinzas para coche de arranque de la batería. Su utilización es sencilla: primero colocaremos la pinza de color negro en el borne negativo de la batería del coche que no arranca (la marca con el positivo y el negativo lo llevan las baterías junto a los bornes, marcado en la superficie de la carcasa de plástico) o en su defecto a una toma de masa del mismo. El otro extremo de la pinza irá al borne negro de otro coche cuyo motor se ponga en marcha sin problemas. Posteriormente realizamos la misma operación con el cable rojo, uniendo los bornes positivos de ambos coches.

El siguiente paso será arrancar el coche que tiene carga de batería y, a continuación, girar la llave para arrancar el otro vehículo, que debería ponerse en marcha entonces sin problemas si la batería simplemente está descargada, y la del vehículo donante tiene la potencia adecuada. Entre coches no debería haber problemas. Otra cosa es que utilicemos como donante una moto, con una batería de menor voltaje.

Si estamos al aire libre, lo mejor sería dejar los coches arrancados con los cables unidos unos minutos hasta que alcancen una temperatura de motor adecuada para evitar que al que se le ha descargado la batería se pueda calar. Entonces procederemos a desconectar las pinzas en orden inverso (primero el cable rojo de ambos coches y luego el negro que unía los polos negativos). Y siempre con sumo cuidado de que los bordes no toquen ningún elemento metálico del coche para que no se produzcan chispazos o nos pueda dar una descarga.

También se puede utilizar un arrancador, un dispositivo recargable y portátil que, conectado a la batería, puede proporcionarle la energía que necesita. Este aparato suele tener salidas AC o DC, por lo que puede proporcionarte electricidad para dispositivos como un ordenador cuando no se usa para su tarea principal.

¿Cómo recargamos la batería?

Una vez que hemos arrancado la batería del vehículo que se había quedado sin carga, deberemos ocuparnos de que alcance un nivel de carga óptimo para poder arrancar sin problemas en la siguiente ocasión.

Para ello hay dos alternativas. Una, llevarlo directamente a un taller o, si tenemos un cargador de baterías, conectar las pinzas de éste a ambos polos y dejarlo enchufado durante unas 24 horas. Mediante los ciclos, irá llevando la batería a su nivel de carga óptimo. Las baterías están sometidas a ciclos. Estos son el proceso de carga que realizan en su funcionamiento hasta que la energía que han consumido se recupera del todo.

La otra opción es hacer kilómetros, siempre que el alternador funcione adecuadamente —en no pocas ocasiones, que la batería se quede sin electricidad puede ser un síntoma de que es el alternador el que falla—. Con el motor arrancado y cuidando que no se cale, habrá que recargar la batería saliendo a carretera y haciendo kilómetros. Al menos durante dos horas, para alcanzar un nivel mínimo de carga que nos permita estar tranquilos a la hora de poner el coche de nuevo en marcha y siempre que no vayamos a dejar el coche otra vez parado durante un largo tiempo.

Desconecta la batería si el coche va a estar mucho tiempo parado

Si vamos a tener el coche parado durante un largo periodo de tiempo, conviene tomar una serie de medidas para que, cuando volvamos a conectar el motor, éste arranque sin problemas.

Porque el coche cuando está parado, aunque con muy poca intensidad, consume electricidad y vacía la carga de la batería poco a poco. Por ello es conveniente la desconexión de la batería en periodos prolongados de tiempo, lo que podemos facilitar colocando un cortacorrientes (una simple tecla que impide el paso de la corriente o un desconector en uno de los bornes), o realizaremos la desconexión soltando uno de los dos bornes de la batería.

¿Cuál es la duración real una batería?

Siempre dependerá de su utilización, del tipo de recorrido habitual que realicemos con nuestro vehículo. Varía mucho realizar trayectos cortos constantes en ciudad o si le damos un uso más continuado en carretera.

También influye de manera clara la temperatura del lugar donde nos movemos con nuestro vehículo regularmente y del mantenimiento que realicemos de la batería. Y otra cuestión importante es la marca y la calidad de la batería de que dispone nuestro coche. La mayoría de los fabricantes anuncian una vida útil de entre 3 y 5 años.

Cuando una batería la debemos cambiar porque ya no funciona en condiciones, hay que entregarla siempre en el taller, en un punto limpio o a un centro de reciclaje.

¿Qué batería es la más adecuada para mi coche?

En el libro de mantenimiento de cada coche vienen indicadas las especificaciones de la batería que debemos utilizar, independientemente de la marca. No se debe utilizar nunca una batería que ofrezca unas prestaciones por debajo de las recomendadas por el fabricante. Unas prestaciones inferiores de la batería implica una menor capacidad para alimentar los sistemas eléctricos del vehículo, reduciendo su vida útil ante la mayor exigencia y desgaste a que se verá sometida.

La batería, además, debe ser del tamaño adecuado, ya que el espacio para su alojamiento en algunos coches puede ser muy limitado para ocupar el menor espacio posible, sobre todo en altura.

Las baterías “low cost” o de bajo coste no tienen la misma capacidad de funcionamiento y, su vida útil resulta más limitada que la de un fabricante contrastado.

La temperatura exterior influye en el funcionamiento de la batería

En época de invierno, cuando la temperatura es inferior, la batería reduce su capacidad, y si no se encuentra en condiciones óptimas de funcionamiento, puede no tener el amperaje necesario para arrancar el coche.

En invierno utilizamos más, y varios a la vez, los sistemas periféricos del coche que necesitan electricidad para su funcionamiento. Usamos durante más tiempo las luces, los antinieblas, la luneta térmica, la calefacción con sus funciones de desempañado, los limpiaparabrisas, los calefactores de asiento… Se le exige más a la batería.

En polo opuesto, cuando las temperaturas en que nos movemos son elevadas, el rendimiento de la batería será superior. Pero su vida útil se verá mas reducida. Los materiales activos se ven sometidos a una mayor degradación.

Los fabricantes hacen un cálculo, por el que cada 10 grados en que se supere el límite de temperatura que ellos consideren para su batería, la vida útil de esta se reduce a la mitad. Esos 3 o 5 años que señalábamos como la durabilidad efectiva de una batería, será de la mitad en zonas de mucho calor.

Cuida la batería. Realiza un mantenimiento adecuado

Si vamos a manipular nosotros mismos una batería para realizar su mantenimiento debemos tener cuidado con una serie de cuestiones importantes. Para empezar, conviene que hayan pasado al menos diez minutos desde que hemos desconectado el motor.

En las celdas de la batería se almacena lo que se denomina electrolito y que hace posible su funcionamiento. Actualmente, la mayoría no necesita un mantenimiento del nivel, haciendo más cómodo y seguro su uso. Los materiales actuales impiden las fugas y la evaporación. Normalmente las baterías sin mantenimiento disponen de un pequeño cristal que, dependiendo del color, permitirá conocer su correcto estado: verde cuando está en perfectas condiciones de funcionamiento, negro si se ha quedado sin carga y amarillo si ya no tiene recorrido y ha llegado al final de su utilización.

En caso de que la batería sí requiera mantenimiento, y haya que rellenarla sus vasos, se debe hacer con agua destilada en la que se disuelve el ácido sulfúrico. En el caso de las motos, muchas baterías vienen vacías y te las entregan con el ácido disuelto en el agua destilada, con el que hay que cargar cada celda.

Esta operación hay que hacerla siempre con gafas protectoras y guantes, ya que el electrolito resulta bastante corrosivo.

Debemos tener en cuenta la alta energía que contienen las baterías, por lo que si cruzamos los bornes de unas pinzas o tocamos uno de estos con una herramienta metálica a la vez que hacemos masa, podremos producir una descarga o un cortocircuito. Puede darnos directamente una descarga, producir un incendio con sus chispas o incluso que la batería explote.

La carcasa de plástico de la batería no puede estar deformada o hinchada, ni deben existir pérdidas del agua destilada. Si se diera uno de los dos casos habría que sustituir la batería.

Para cambiar la batería se han de desconectar los bornes con mucho cuidado. Para evitar que el contacto produzca masa, deberemos quitar primero el borne negativo cuando estamos desconectándolos. Y al revés al conectarlos de nuevo; primero el polo positivo.

Para comprobar el estado de la batería, lo primero que haremos será fijarnos en los bornes, mirar que no estén sulfatados. Si lo estuvieran, habría que desconectarlos siguiendo el orden que hemos indicado (primero el negativo y luego el positivo) y, con un cepillo metálico limpiar la corrosión del borne y de la terminación del cable. Los cables deben estar en buen estado; hay que comprobar que no se hayan resecado.

Para finalizar hay que fijarse en que las cabezas de sendos cables estén bien sujetas en los bornes de la batería, apretando las tuercas que los fijan. Conviene untar un poco de grasa sobre los bornes para asegurar su buena conexión.

Normalmente las baterías van en un soporte para que no haya el más mínimo desplazamiento, que se tensa con una tuerca. También conviene, se es así, comprobar que esté bien fijada.

Prevenir es lo mejor que podemos hacer para mantener en un estado óptimo de funcionamiento nuestra batería. Un mantenimiento periódico alargará su vida útil.

 

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